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Mostrando entradas de noviembre, 2003
Al amigo del sueño fácil: Por muchas cabezadas en el sofá, mientras se nos van cayendo las penas.
Fui tu frívola cínica poeta falsa, la zorra presuntuosa, y ahora,�qué? Me niego a comerme tus cien logros, me niego a devorarme el estar solos. Resentimiento, odio, mentira, cambios. Suerte, pasado, olvido, cambios. Soy la frívola cínica poeta falsa, la zorra presuntuosa, y ahora, nada.
"Sólo había una persona que podía entenderme. Pero fue, precisamente, la persona que maté." Sábato (El túnel)
Alicia continuó llevando absurdamente el cerdo entre sus brazos, sin llegar a ninguna parte. -No lo puedes evitar -repuso el Gato- todos estamos locos, yo estoy loco y tú también lo estás.
Gracias por el beso pequeño, con ese sabor a "quiero que te quedes pero vete". Que sepas que aún sigue bajando por mi espalda. Voy a dejar que se deslice un rato, hasta que yo quiera, si no te importa.
(...) Eras la sombra torpe que cuaja entre los dedos cuando en tierra dormimos solitarios. De nada servirá besar tu encrucijada de sangre alterna donde de pronto el pulso navegaba y de pronto faltaba como un mar que desprecia a la arena. (...) No, no busques esa gota pequeñita, ese mundo reducido a sangre mínima, esa lágrima que ha latido y en la que apoyar la mejilla,descansa. Vicente Alexandre
Sentado entre la indiferencia y el olvido liando anécdotas cobardes con tabaco rasca entre mi tiempo sin querer. Volvió a hablarme de su mundo que huele a polvo gastado, condones viejos y ron. De pronto, deja de hablarme y vuelve a mirar al suelo, tejiendo baldosas y rezando.