Sentado entre la indiferencia y el olvido
liando anécdotas cobardes con tabaco
rasca entre mi tiempo sin querer.

Volvió a hablarme de su mundo
que huele a polvo gastado,
condones viejos y ron.

De pronto, deja de hablarme
y vuelve a mirar al suelo,
tejiendo baldosas y rezando.

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