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Mostrando entradas de abril, 2004
Arrepentida de haber pedido otro café en el local de los sillones de mimbre, intento encontrar las ventajas de no pegar ojo. Ahora se lo que es levantarse rota, con el estómago lleno de amapolas, barajando hipótesis sobre el atractivo de tus ojeras, y el tener que levantarte a por otro azucarillo. Salgo de la cafetería con peor pulso que antes, perdida en un tren al que todavía no he subido.
... Y ella volvió a esperarle junto a la farola, sin saber en que parte del cuento se había perdido, extraña, inadecuada y robada. Días de espuma para colgar de los labios del que una noche la enseñó a jugar a cíclopes.
Ayer, Sabor sabor con mayúsculas. Recitó tras una cortina, tras la máscara de Nube, tras Leopoldo y Cohen. Ayer, Iván, y los tambores que resuenan en su boca. "Se me volvió a encoger el alma con el cabrón".
Perdí mi maleta
Se me fueron cayendo los días por el bolsillo descosido del pantalón. La portera me devolvió un lunes y un martes, sucios, y con más de una hora perdida. Se los hubiera cambiado por la caja de fresas que llevaba rato aplastándose en su carro de la compra.
Fuiste teatro y besos partidos en botellas de cristal, y lágrimas opacas, y palabras de miel. Ojalá hubieses venido sólo, sin las manos abrochadas a una tarjeta postal. Demasiados espejos... Las farolas azules destiñen a primeros de abril.
Cuando llegué aún olía a barro cocido. La estatuas seguían ahí sonriendo en la encimera de la cocina. Volver a volver de ninguna parte o de todos lados, volver a gritar con los labios mordidos, volver a tender al sol al amigo desteñido que huye. Cuando llegué olía a pastel de nueces, o a normalidad... no estoy segura.
Se me ha vuelto a quedar frío el café mientras me dormía en espaldas ajenas que corrían desnudas por los pasillos. Embarcaré despacio, de puntillas, para que al llegar no me escuches, para que el resto de tus circunstancias me dejen pasear descalza por entre tus horas perdidas.
Eran las cinco en todas las sillas, las cinco al otro lado de tí las cinco escondido tras ella. Volvería con la mirada ya borrada a la butaca del verano, volvería a buscar supongo, aunque tal vez ya no haya nada.