No alcanzo a tocarte
no alcanzo la materia de las cosas que me cuentas,
así de rápido se deshace mi rostro
en tu huída.
Las escucho jadear desde tan lejos
en orgasmos acompasados
y te veo poner cartoncitos
en las suelas rotas de los zapatos.
Y estás ahí, tan tranquilo,
haciendo retroceder mi recuerdo
hasta la mortal hora de su ejecución.
Y ya están ahí, las putas,
brotan de mis ojos
lánguida y
v
e
r
t
i
c
a
l
m
e
n
t
e.

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