Ahora que creen conocernos
en nuestra mediocridad y malos actos,
ahora que encontraron la paz
ahuyentando nuestros demonios.

Ahora que el tiempo es un perro que huye
y hay que rascar la cazuela,
ahora que tenemos vergüenza y espanto
asombro y miedo,
la fiebre del insomne
y la culpa por el llanto.

Ahora, en el escaparete de venenos,
nos follamos las mentiras.
La herida es poca cosa (Calla y bebe),
inocencia es salvación
y los vómitos se amontonan.

Ahora que el tiempo es un perro que huye
ya no ladramos.

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