De ella apuró el recuerdo
hasta el fondo del extásis,
apuró los versos suicidas,
la verga como llanto
el llanto como acuerdo.

Escuchó sus lamentos
por debajo de sus ruegos,
lloraba, lloraba y lloraba
y tanta lágrima
pintó el ataúd antes que el muerto.

Y en la orgía de venenos
se mezclaron los heridos con los presos,
se disputaron la puñalada final,
pero colorín colorado
al ganador de la copa ansiada
nadie le lloró el entierro.

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