Una mañana mojada
Alicia le dijo al proxeneta:
"No tienes chistera,
ni reina de corazones,
sólo putas contra la desdicha.
No me mires así,
si fuera por pupilas
ya hubieras muerto."
Él respondió:
"¿En qué se parece un cuervo
a una mesa de escribir?"

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