Una barbilla rota parada
en medio del tiempo, del césped,
del grito alto del columpio
que ahora se estrella contra el suelo.
Un bastón culpable de no aguantar más
el peso encargado a pies enojados,
que no corrieron lo suficiente
para atrapar al niño enjabonado.
Ojos arrugados que lloran en seco
don dientes de leche que llora por todos,´
y mi día raro, que suena a Gloria Fuertes.

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