Me pesa Salamanca,
un poco, en el costado,
se me atraganta Victoria
sus monstruos no me bailan
y no me extraña demasiado.
Mis planes se vuelven mecanos
tanto monte y desmonte,
y las cañas en la terraza de mi agosto
parecen sesiones de autoayuda.
Para colmo, de vez en cuando,
te me antojas
y se me termina de enredar el día.

Comentarios

Entradas populares de este blog