Él siempre termina los días atroces borrándolos,
siempre le saca el pico a mis monstruos
y se va silbando por encima de mi lado feo.
Yo callo,
y los besos que no doy, se queman en la garganta.

Ando plegada como un telescopio,
por sus notas,mi orgullo muerto,
y los kilos de tristeza que me regaló.

Pero,ando deprisa
para que no me cojan las ganas,
y me vuelva a creer,que ésta vez
es de verdad.

("un día volvemos, aquí donde estamos")

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