Borracho de angustia con hielo y
fúgitivo del tedio de plástico.

Hay una parada de autobús,
un caleidoscopio en el ojo de la luna
y esta boca que suena muy de vez en cuando.

Yo me bajo en Madrid,
flaca de tanto esperar,
sentada en algún bordillo,
para creerme que sigo buscando.

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