Me escribiste el cuento, pero olvidaste poner el agujero por donde regresar a la mitad cuando todo se acaba, y desde allí cambiar el rumbo. Contigo se me acaban las páginas demasiado pronto. Yo hace mucho que perdí el juego, y aún sigo enganchada como una idiota. No se que parte es real, y cuál inventé entre beso y beso. Todo en cí�rculo, todo vuelve a empezar, y sigo sin saber qué contestar a tus preguntas. No estoy en ningún sitio, ni en tu almohada, ni en tus libros, ni en tus fotos... Quizás no quiera estar en ningún sitio, o no deba. Todo seguirá girando siempre, por los dí�as en que te sigo buscando, y por las cosas que nos quedan pendientes. Hasta que invente otro final, dónde haya perdices.Hasta que pueda volver a escuchar aquella canción y hasta que digamos lo que creemos y nos creamos lo que decimos.
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Historias con sabor a té: Justo cuando disolvía las lágrimas con la cuchara, volví a caerme dentro. Sin llegar a ver el fondo, estaba empapada en ese caliente olor a recuerdo insoportable. Nadé en círculos durante un buen rato, comprobando que no llegaba a ninguna parte, a ninguna esquina lo suficientemente grande como para esconderme. Me quedé flotando en el centro. Intenté recopilar las razones por la cuáles me veía de nuevo en aquella ridícula situación. Cuanto más pensaba más me hundía, así que dejé de compadecerme de mi misma. No podía flotar eternamente, miré hacia arriba y allí estaba yo, como cada tarde, en mi empeño por conseguir la cara más triste del mundo. Sólo cabía esperar que mañana pudiera seguir divagando desde el borde de la taza, con los pies ...
Un amigo me decía que su quiosquero le repetía constantemente:
-La vida hace esquina-
Todo lo que entraba y salía de la vida del viejo, sucedía en aquella esquina.
Pues bien, supongo que a unos les pilla más de costado que a otros,
y que lo único que pretendes, al fin y al cabo,
es que alguíen compre el coleccionable.
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