El hombre del zapato que se desataba
siempre en el mismo lugar

La rima de los desconsolados,
sin trampa ni cartón,
un pareado.
El trabalenguas del acordeon,
el mago.
El que escondía en la maleta
aquel duende del beso en la frente
y las fiestas nocturnas.
El que lanzó de nuevo la bola de papel,
el malabarista.
Los acrónimos rasgados,
las ventajas de ser un dromedario,
la risa, los sueños pasados.

Comentarios

Entradas populares de este blog